Homeopatía y autismo, una oportunidad única para la transformación
Homeopatía y Autismo: oportunidad única para la transformación
Hoy queremos compartir un artículo de Amy Lansky, madre de Max, un niño autista curado con homeopatía y autora del libro “Cura imposible: la promesa de la Homeopatía”, y que –impresionada por la efectividad de esta medicina dejó su trabajo como Investigadora de Ciencias Computacionales en Sillicon Valley- se dedica, desde entonces, a estudiar, investigar, divulgar y enseñar la medicina homeopática.
La Dra. Amy Lansky dejó su carrera como Investigadora de Ciencias Computacionales y se dedica, desde entonces, a divulgar y enseñar la medicina homeopática y su potencial en la cura del autismo.
Artículo extraído íntegramente de la web www.impossiblecure.com
“La homeopatía cuenta con un gran papel por desarrollar en el tratamiento de la epidemia de autismo.
Yo en lo personal lo sé, ¡ya que mi hijo Max fue curado completamente de autismo gracias a la homeopatía!.
La cura de Max fue mi primera experiencia real con la homeopatía y fue ciertamente impresionante. Me impulsó a llevar acabo mi propio estudio personal acerca de la homeopatía, y finalmente deje mi carrera como investigadora de ciencias computacionales para dedicarme a la divulgación y enseñanza de este increíble sistema médico.
Es ahora una de mis metas en la vida: divulgar, a otros padres de familia, especialmente familias en relación directa con el autismo, cómo la homeopatía puede ayudarlos tanto a ellos como a sus hijos.
Un gran número de personas no están enteradas de la magnitud y significancia de la epidemia del autismo.
La enfermedad fue reportada por primera vez en 1943, al mismo tiempo que empezaron los programas de vacunación para enfermedades como la polio y la tos ferina.
En 1990 la incidencia en Estados Unidos fue reportada en 1:2500 niños.
En 2007, la incidencia fue de 1:150 niños (lo cual significa 1: 100 niños varones ya que el índice es 4 veces mayor para los varones que para las niñas).
En 2009, ese índice empeoró a 1:100 niños.
La más reciente estadística de 2012 indica que el índice ha aumentando a 1:88 niños, con varios estados que reportan un incremento en el número de casos.
Si el índice continuara incrementando un 5% cada año, 1 de cada 10 niños pudieran ser autistas para el año 2057. El índice de incremento más probable es del 10% lo cual significa que para 2035 el 10% de los niños en E.U. serían autistas.
La industria farmacéutica alopática preferiría esconder estos hechos bajo la alfombra, pero se están convirtiendo en problemas demasiado grandes para ser ignorados -especialmente ahora que los niños y los nietos de prominentes políticos y celebridades han sido afectados.
La medicina convencional no ofrece una esperanza real, y a los padres se les dice rutinariamente ante el diagnostico, que deberían esperar la eventual institucionalización de sus hijos. Con un costo de millones de dólares por niño, la epidemia del autismo se convertirá rápidamente en un gran componente de la ya substancial crisis médica nacional en Estados Unidos; sin mencionar la pérdida para la sociedad de un gran número de potenciales recursos humanos.
La parte más mórbida acerca de esta situación es que posiblemente es la misma medicina alopática la culpable. La mayoría de los padres dentro de la comunidad autista creen que la vacunación es la raíz de la condición de sus hijos. Existe amplia evidencia de que este argumento es verídico.
Con tan sólo dar un vistazo a las gráficas de incidencia, uno puede darse cuenta de que los índices de autismo aumentaron considerablemente en los tiempos en que nuevas vacunas eran añadidas a los protocolos de vacunación pediátrica. Mucho padres piensan que los adyuvantes de vacunas como el mercurio, son los culpables.
Pero lo más probable es que diferentes factores sean los causantes: la sobre‐sensibilización de los niños hacia las vacunas debido a los adyuvantes tóxicos; la introducción a antígenos directamente a la corriente sanguínea; toxinas (en la forma de químicos y varias formas de radiación) en el medio ambiente; comida cubierta con organismos genéticamente modificados, pesticidas y de deficiente valor nutricional.
Estos factores en conjunto hacen a los niños susceptibles a terribles respuestas autoinmunes a vacunas de las cuales sus cuerpos no se pueden recuperar.
Un ejemplo clave es que hoy en día tenemos más niños con problemas intestinales (síntoma común en el autismo), hiperactividad, desordenes de aprendizaje, diabetes tipo uno y severas alergias a los alimentos.
El autismo por sí mismo puede ser una enfermedad multi facética que refleja el hecho de que varios individuos, cada quien con sus propias tendencias, están reaccionando, a su propia manera, ante un asalto a su sistema inmune.
Desafortunadamente las capas de humo creadas para encubrir este desastre han sido demasiado tradicionales. Los estudios se han enfocado en liberar a las vacunas de culpabilidad. Los productores de vacunas han sido rápidamente absueltos de deudas mediante métodos embastados a los pagos legislativos.
La investigación alopática ha etiquetado a la enfermedad como “genética” (¿quién ha escuchado alguna vez de una epidemia genética?) y una gran cantidad del dinero dedicado a investigación ha sido invertido en esta tarea. Aun así en los últimos años la investigación ha comprobado que la explicación genética es insuficiente.
El medioambiente debe jugar un rol. ¿Pero qué tanto tiempo tomará para que la verdadera causa sea encontrada, admitida, y dirigida?
Normalmente me pregunto a mí misma ¿Cuántos niños van a ser afectados antes de que la sociedad este dispuesta a cuestionar la vacunación, nuestros alimentos y el insistente esparcimiento de radiación electromagnética a través de celulares y Wi‐Fi?
¿Cuál es el limite de sacrificio humano al que estamos dispuestos a llegar? ¿uno de cada 10 niños? ¿uno de cada dos?
De esta manera observamos que la epidemia del autismo se encuentra en camino de convertirse rápidamente en una mina de oro para las farmacéuticas alopáticas, de la misma manera que el cáncer lo ha sido.
Las organizaciones que apoyan métodos alternativos (y más económicos) para el autismo son descarriladas al momento de competir con los grandes capitales y los beneficios de las celebridades.
Tristemente, estos métodos alternativos son los únicos que han mostrado poseer efectos curativos.
La homeopatía es una de estas terapias alternativas y, en el esquema dentro del mundo del autismo, cuenta con una presencia relativamente pequeña.
Personalmente creo que la homeopatía es una de las mejores terapias disponibles para esta comunidad. Mientras que varios métodos alternativos como el uso de suplementos, dietas, detoxificación, protocolos y terapias de comportamiento son útiles, y suelen alcanzar cierto grado de recuperación para los niños, la mayoría de ellos no son realmente curativos.
Un niño autista “recuperado” usualmente debe permanecer con dietas restrictivas y suplementos, o debe tratar de acomodarse a sus incapacidades restantes con el objetivo de poder funcionar normalmente dentro de la sociedad.
En contraste, las curas homeopáticas para el autismo, aunque aún siguen siendo relativamente raras, pueden llevar a un individuo a ser totalmente libre de autismo.
Esto sucedió con mi propio hijo y conozco también de otros casos similares.
¿Es acaso esto una sorpresa, con el expediente de la homeopatía en lidiar con el daño ocasionado por las vacunas y las enfermedades autoinmunes?
Aunque los resultados de la experiencia de mi hijo son inusuales y quizás sólo se puedan esperar en un pequeño porcentaje de casos, varios homeópatas con extensas prácticas en autismo han sido capaces de obtener mejoras significativas en la mayoría de sus pacientes.
Desde la publicación de mi libro “Impossible Cure: The Promise of Homeopathy” (una introducción general a la homeopatía que incluye mi experiencia familiar con la homeopatía y docenas de curaciones de otras personas para una variedad de alivios alrededor del mundo), ofrezco conferencias regularmente a padres acerca de la homeopatía, brindo referencias a homeópatas de todo el mundo, contesto los interrogantes de padres y mantengo registros acerca del proceso de varios casos.
También he entrevistado a homeópatas que llevan a cabo prácticas intensivas en relación con el autismo. He aprendido que existen múltiples factores que hacen a esta población de pacientes única desde la perspectiva del practicante homeopático. Entre ellos las siguientes:
‐ La inherente dificultad de curar el autismo. El tratamiento es normalmente lento y gradual, y requiere de un cuidadoso manejo de habilidades.
‐Extrema ansiedad, desesperación y usualmente disfuncionalidad en la familias autistas, causado por el estrés y las presionas económicas que brinda la situación. La impaciencia con el tratamiento es usualmente la norma, lo cual afecta de manera contraria a las realidades que el paciente debe esperar.
‐ El uso simultaneo de distintas formas de intervención, incluyendo dietas, suplementos, quelación (en varias formas) y un gran número de terapias como la terapia de comportamiento, terapias auditivas, osteopatía y tratamiento cráneo sacral. Muchos de los tratamientos se enfocan en la gran cantidad de síntomas que estos niños experimentan, (p.ej.problemas intestinales) en vez de encontrar los cimientos de la enfermedad.
‐ Los padres buscando la “homeopatía” desconocen qué es la homeopatía y suelen terminar con practicantes pobremente preparados que simplemente les ofrecen combinaciones sacadas del estante, pruebas en maquina, dosis diarias de remedios que son vistos como “vitaminas”, etc. En otras palabras, remedios homeopáticos tratados como alopáticos.
En esta situación es donde entra el homeópata valiente y preparado. Es un reto substancial, pero la recompensa es enorme. El practicante tiene el potencial de devolverle su vida al niño y salvar a su familia entera.
Más que esto, ellos pueden demostrar al mundo que la homeopatía puede lograr maravillas cuando la alopatía no ofrece nada.
Por esta razón, la epidemia del autismo provee la trágica pero gran oportunidad para la homeopatía de promoverse.
Los padres de los niños autistas están desesperados, intensamente sumergidos en sus hijos y no van a olvidar lo que la homeopatía logró por ellos. Yo soy un caso de estos. Sé de otras “mamás autistas” que se han convertido en practicantes y entusiastas en la divulgación de la homeopatía.
Pincha aquí para leer Max, de niño autista a jóven estudiante de cine, con homeopatía
La recuperación de Max demuestra, desde mi punto de vista, varios elementos claves:
– la efectividad del tratamiento clásico
– la importancia de nosodes en el tratamiento del autismo
– la utilidad de las dosis LM (las cuales creo proveen una gentil y frecuente “punzada” que muchos niños autistas necesitan, a parte de involucrar a los padres y sus intenciones en el proceso)
– el rol de las dietas especiales en las que se eliminan ciertos alimentos (especialmente leche, gluten, colorantes y organismos genéticamente modificados [OMG]) que pueden ser reintroducidos una vez que las sensibilidades alimenticias sean sanadas por el tratamiento homeopático
– la importancia de involucrar a toda la familia en el proceso de curación, y
– la necesidad de que los padres sean pacientes, observadores, flexibles a los cambios y mejoras, conectados de corazón con su hijo y creyentes en el potencial de la recuperación.
Los invito a leer “Impossible Cure” si están interesados en detalles adicionales de la historia de Max.
Una gran cantidad de padres se dan cuenta de que el libro es una invaluable guía y algunos practicantes requieren que los padres de sus pacientes compren y lean el libro, no sólo las familias autistas.
Para más información, visita www.impossiblecure.com.”
Nota de ABC Homeopatía: Por desgracia, este libro todavía no está editado en español, pero podéis solitar su publicación en las editoriales que aparecen en los listados que encontraréis en el Buscador Homeopatía por un tubo y en el artículo Queremos a Dana Ullman en español.
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Hola Amy Lansky estoy tan contenta de leer esta noticia! soy una mamá de Argentina que he vivido con la homeopatía y mis hijos desde niños fueron tratados con ella. También me dedico a las ciencias de la computación, pero maravillada con la homeopatía leo y estudio sobre el tema, me gustaría estudiar medicina para ser homeopata. Deseo difundir la homeopatía a padres justamente por el tema de la vacunación, tengo conocidos con niños autistas y he tratado de convencerlos que lo lleven a la homeopatía pero no tenía casos de curaciones. Ahora les haré llegar esta noticia! Muchas gracias y cuenta conmigo para tu difusión.
Me dá mucho gusto leer este artículo de hecho acabo de enviar un mensaje porque creo que mi hijo tiene problemas de alergías y creo que es a raíz de las vacunas así como también lo he llevado a 2 escuelas donde me indican que probablemente es autista y la verdad es que ya estoy desesperada no sé a quién recurrir, no se si me pueda ayudar recomendando un homeópata en Guadalajara Jalisco México, creame que ya estoy dispuesta a estudiar en línea para ayudar a mi pequeño.
Yo también estoy dispuesta a difundir estas noticias, gracias por la información.
Mi hijo de seis años fue detectado con síndrome deficitario de la atención con impulsividad y límite con autismo. Lo hemos tratado con homeopatía durante cuatro años, con buenos resultados. Pero vivimos ahora en Estocolmo,Suecia. Conocen de algún Médico Homeópata que viva aquí para llevar a mi hijo? No quisiera descontinuar el tratamiento.