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    ¿Qué son los Miasmas en homeopatía?

    ¿Qué son los Miasmas en homeopatía?

    Los Miasmas son como una memoria resumida de las grandes enfermedades sufridas por toda la humanidad, almacenada en nuestras células. Pintura: “La humanidad” de la artista Cristina Alejos Cañada

    En homeopatía hablamos de Miasmas para referirnos a la predisposición genética que cada persona tiene a desarrollar y padecer cierto tipo de enfermedades y síntomas, lo que en términos médicos se denomina diátesis. También nos referimos al “terreno” para señalar dicha predisposición.

    Existen tres Miasmas que predisponen a un individuo a enfermar y que tienen su origen en las primeras enfermedades sufridas por la humanidad, es como una memoria resumida de las grandes enfermedades, en cada una de nuestras células.

    Todos tenemos en nuestra memoria celular información de todos los Miasmas que os exponemos en este artículo, pero de forma individual, por carga genética, en cada uno de nosotros “sobresale” uno o dos Miasmas por encima de los demás, y aunque puedan permanecer latentes nos “dan” una predisposición a padecer determinadas enfermedades.

    Los 3 primeros y básicos Miasmas, desarrollados ya por Samuel Hahnemann son:

    ♦ Psora (sarna)

    Considerada la primera de las enfermedades, el origen de todas ellas, consiste en un debilitamiento del organismo debido a una hipofunción, es decir, a una falta de reacción del organismo frente al medio. Los medicamentos clásicamente asociados a la Psora son: Calcarea Carbonica, Sulfur, Pulsatilla o Natrum Muriaticum.

    Características y síntomas de Psora (falta de reacción):

    Ansiedad es el síntoma más predominante de la afección psórica.

    Timidez. Falta de confianza. Necesidad de protección, dependencia.

    Reflexivo. Reservado. Observador.

    Lento y perezoso. Tendencia al aislamiento. Parálisis frente al peligro.

    – Tendencia a la tristeza. Llanto silencioso y en aislamiento para no molestar.

    – Tendencia al mal humor.  Debilidad de memoria. Apatía.

    Celos. Difícilmente demuestra su afecto, a pesar de ser afectuoso. Sexualidad contemplativa. Disminución del deseo sexual y del deseo por las cosas que antes le satisfacían.

    Polemista cuando escribe, pero no cuando habla. Solitario. Cansancio de la vida, pero sin rechazo a la misma. Somnolencia y sueños ansiosos.

    Ataque cutáneo de cualquier tipo (piel seca, áspera, alérgica,…). Picores.

    Problemas digestivos.

    – Tendencia a los parásitos cutáneos o intestinales.

    Hambre anormal (apetito aumentado, fuera de las comidas o deseo de cosas indigestas).

    Mal olor de las secreciones y excreciones.

    Syicosis (gonorrea)

    Siguiendo a la Psora -falta de reacción- aparece la Sycosis en la que existe una hiperfunción, es decir un exceso de reacción, un crecimiento anormal. Lo vemos en personas con multitud de crecimientos anormales en la piel, reacciones exageradas e inflamaciones. Los medicamentos clásicamente asociados con la Sycosis son: Lycopodium, Thuya o Medorrinum.

    Características y síntomas de Sycosis (exceso de reacción)

    – Presunción (aparenta lo que no tiene). Ambición de poder, deseo de ganar.

    – Premura o precipitación en las acciones. Angustia, inquietud.

    Hipersensibilidad, sobrevaloración de sí. Audacia (la necesita para conseguir lo que ambiciona). Egoísmo fundamentado sobre la suspicacia y el deseo de dominio que le lleva a desear todo para sí.  Autoritarismo.

    Celos relacionados con ambición, egoísmo y autoritarismo. Malicioso. Impulsivo. Inconstante.

    Cambios de humor. Concentración difícil.

    – Asustadizo. Obsesivo. Pesimista. Miedoso. Tendencia a la fuga ante el peligro.

    Agresividad.

    Tristeza inconsolable.

    Intranquilidad durante el sueño.

    Malos efectos persistentes de las vacunaciones, en particular la antivariolitica, de una gonorrea mal tratada, inyecciones de sueros o por extensión de cualquier proceso patógeno, de enfermedad,  repetida y rebelde.

    Ideas obsesivas con tendencia depresiva.

    – Agravación general por la humedad.

    – Mejoría general por el movimiento lento.

    -Tendencia a la retención de líquidos, a menudo dolorosa (celulitis dolorosa)

    -Tendencia a la producción de tumores y quistes.

    Dolores a menudo tironeantes que se agravan por la humedad y mejoran por el movimiento lento.

    Infecciones persistentes: urogenitales o del piso medio de la cara, con tendencia a las secreciones de coloración amarillenta y consistencia espesa.

    Sudores con características particulares: grasosos, viscosos, fétidos, irritantes especialmente en los pliegues, cara y órganos genitales.

    Palidez habitual, aún en los casos en donde el paciente no tiene anemia.

    Syphilis (sífilis)

    Cómo tercera etapa del proceso de la enfermedad aparece la Syphilis que supone el avance de ésta hasta la degeneración del organismo y su destrucción. Los medicamentos clásicamente asociados a la Syphilis son: Mercurius o Syphillinum, junto a Nitricum Acidum.

    Representa la perversión del ser humano, lo más destructivo y violento de él.

    Características y síntomas de Syphilis: (degeneración y destrucción)

    Ansiedad desbordante y somatizada, por la que aparecen diversos síntomas.

    Tendencia suicida franca debido a su concepción fatalista de la vida. Tendencia al abatimiento.

    Agresividad con deseo de matar. Furor. Orgulloso, cualquier ofensa lleva a la agresión. Rencor. Vengativo. Intolerancia a la contradicción. Perversidad demostrada en todos sus actos. Sadismo.

    Olvidadizo. Obstinado. Caótico y desordenado física y mentalmente. No tolera la disciplina u otra autoridad por encima de sí mismo.

    Celos, pudiendo llegar al crimen pasional.

    Alcoholismo con cambios de personalidad.

    Antecedentes familiares de sifilis, más o menos lejana, abortos repetidos, partos prematuros.

    -En los antecedentes personales del enfermo: escarlatina, parotiditis, amigdalitis de repetición, infancia difícil.

    -Retraso mental o desequilibrio nervioso, niños inestables, impulsivos, insomnes.

    Necesidad de lavarse las manos a cada instante (syphilinum).

    Necesidad de frotar con la mano un objeto cualquiera que este al alcance (medorrhinum).

    Agravación nocturna de los trastornos.

    Agravación a la orilla del mar y mejoría en la montaña.

    Crecimiento defectuoso: retraso o detención del crecimiento.

    – Disimetrias morfológicas: el sujeto tiene un aspecto “torcido”.

    Dolores en los huesos próximos a la piel, como el esternon o la tibia.

    Existen múltiples teorías en relación con los Miasmas. Dos de ellas establecieron, más tarde, otros dos Miasmas, que surgen de la coexistencia de los Miasmas básicos:

    El Miasma Tuberculínico (bautizado como Pseudo-Psora por el Dr. Henry Allen) se concibe como la suma del primero y tercero, la Psora y la Syphilis, es decir una debilidad general del organismo que evoluciona hacia una degeneración y posterior destrucción El remedio homeopático que actúa sobre este miasma es Tuberculinum.

    El Miasma Cancerinismo (bautizado por el Dr. Leon Vannier) es la suma de los tres miasmas originales, es decir, un debilitamiento del organismo ante el que se reacciona excesivamente y que finalmente inicia un proceso de degeneración que llevará a su destrucción. El remedio homeopático que actúa sobre este miasma es Carcinosinum.

    Tal y como hemos comentado, para cada uno de los Miasmas existen ciertos remedios homeopáticos que actúan de forma genérica sobre todos los síntomas que una persona puede desarrollar como consecuencia del desequilibrio de dicho Miasma.

    Pero también existen medicamentos que actúan sobre síntomas cuya base miasmática procede de los tres Miasmas básicos. Este es el caso de Phosphorus, del que podemos decir que tiene tres caras:

    – Rostro psórico de Phosphorus, caracterizado por la compasión, la empatía y la cooperación y los temores (o la falta de ellos).

    – Una cara sycósica de Phosphorus presidida por la obsesividad pero tambien por la hipomanía, el hipererotismo o la hiperactividad mental.

    – Un plano sifílitico que es el Phosphorus apagado, presidido por el agotamiento y la extenuación.

    También tenemos que destacar que con cierta frecuencia, después de tratar los síntomas correspondientes a un determinado Miasma, equilibrado éste, aparecen nuevos síntomas correspondientes a un nuevo Miasma que hallábase latente, apagado o apaciguado por el primero.

    Así pues, la prescripción miasmática en homeopática es un tema complicado y, en definitiva, es mejor ponerse en manos de un profesional de la homeopatía para que pueda ralizar un correcto tratamiento que lleve al paciente a un estado de salud, superando los distintos síntomas y equilibrando la manifestación del miasma que subyace en dicha persona, así cómo la evolución miasmática que ésta experimente.

    Fuentes:

    Terapeutas.us

    Neurobudismo.com

    Andrés Guerrero Serrano, Homeópata

    Fotografía del cuadro “La humanidad” de la artista Cristina Alejos Cañada

    Si quieres saber más sobre miasmas y homeopatia busca en Homeopatía por un tubo, el BUSCADOR HOMEOPÁTICO  de ABC Homeopatía.

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