La homeopatía como terapia médica
La homeopatía como terapia médica
Extraído de la web prensalibre.cr. Escrito por el Dr. Rogelio Arce Barrantes
Hace 32 años tuve mi primer acercamiento a la homeopatía, fue algo fortuito y que en muchos aspectos marcaría años después mi manera de ver la medicina. Después de observar impotente el curso del asma de una hija mía, acepte de mala gana que ella fuese tratada por un homeópata en Barrio México. Tras una semana, las crisis desaparecieron hasta el día de hoy. Eso no hubiese sido suficiente, lo que sucedió después fue lo que me acercó a ella.
Un profesor mío de ortopedia, hombre de ciencia y trabajador insigne, un día mientras operábamos juntos me hizo alusión a la acupuntura, de la que dijo no creer nada, bien yo le respondí con respeto que una charlatanería no duraba cinco mil años y que debía haber algo que nosotros desconocíamos pero que los chinos sabían muy bien. Después de eso me dijo que solo faltaba que yo creyese en la homeopatía; le conté el asunto de mi hija y me dijo como burla que como podía ser que una mente científica como la mía aceptase esas charlatanerías. No quise discutir por respeto, mas al salir ese día del hospital me fui a las librerías de San José y compre unos libros de homeopatía para leer y empaparme de manera personal de qué asunto se trataba.
Bien, ese fue el encuentro con una manera de ver la enfermedad y de curarla que cambiaría mi visión científica de la medicina por siempre. Al principio los libros sobre la homeopatía me parecían antipáticos, había demasiadas y muy duras críticas a la medicina nuestra, conocida como alopatía, cada vez me costaba más adentrarme en sus postulados. El órganon, nombre que recibe el libro culmen de ese médico sajón llamado Samuel Hahnemann, es un tratado relativamente pequeño, pero en esas doscientas y tantas páginas hace un profundo análisis de cómo funciona la homeopatía y cómo funcionaba la alopatía de su época. Ni qué decir que hube de leerlo siete veces para poder aceptar que en muchos puntos había un razonamiento cruel hacia nosotros pero que en muchos otros había verdades reales.
Años después pude tomar tres cursos o seminarios de homeopatía en Costa Rica, mucho de eso motivado por la búsqueda de la verdad y otro tanto por mi pasión por el conocimiento, venga de donde venga. Empecé tratando con ella a mis familiares más cercanos, luego amistades y al final mucho de mi éxito médico se debía a esta forma terapéutica, la que abandone por mi filiación con la ortopedia y la traumatología, yo era ortopedista de formación científico académica y homeópata por afición. Me ha funcionado de manera increíble en las vacas y caballos, que he logrado manejar con facilidad ya que son de mi propiedad. Al cabo de muchos años, sigo estudiando homeopatía pero hace bastantes que no la ejerzo, salvo en casos de familiares directos desesperantes, donde he obtenido resultados a mi juicio excelentes.
¿Por que un ortopedista se hace homeópata por amor? A mí me abrió los ojos científicos, me ha ilustrado, me ha hecho entender cosas que antes no comprendía y encima me prolongo con dignidad la vida de un ser muy especial por tres años, esto solo era suficiente para amarla.
Yo soy un ortopedista y traumatólogo de especialización y médico cirujano de formación, pero mucho de lo que sigo aprendiendo años después en mi especialidad se lo debo a la homeopatía. Puedo afirmar que la homeopatía me humanizó mucho y me acercó a la comprensión del alma humana. No hago recomendaciones médicas a nadie, pero si algún médico me leyese por casualidad le recomendaría leer el órganon de la medicina, le servirá al menos de cultura general.
* Médico
Rogelio Arce Barrantes
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